El próximo jueves 30 de octubre Alfredo Piedrafita presentará en la Sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz su libro de fotografías "La estación perpetua". Un libro con el que nos traslada a un viaje por los campamentos de refugiados Saharauis. Así mismo, tras la presentación de la obra, Iker Piedrafita (Dikers), Agnes (Lilith) y Alfredo Piedrafita (Barricada), actualmente los tres en Miss Octubre, ofrecerán un set en acústico. Esto es lo que Alfredo cuenta sobre un libro cuyo importe integro irá destinado a futuros proyectos para la mejora de la comunidad saharaui:
 
"Cuando Ana nos invitó a Juncal y a mí a ir a los campamentos de refugiados saharauis a echarle una mano en la finalización de su proyecto de medicinas para la población, no nos lo pensamos mucho. O nada. Rápidamente dijimos que sí. Después, como a todo el mundo que va allí por primera vez, nos empezaron a asaltar las dudas, generalmente provocadas por lo que te decía la gente de alrededor. Posibles secuestros, más que probables enfermedades y sobre todo lo que más se repetía era: antes de ir debéis de estar seguros de que estáis preparados para ver lo que allí os vais a encontrar.
 
Todos esos avisos solo demuestran que realmente y a pesar de tenerlo tan cerca, sabemos muy poco sobre ello. Y si a eso sumamos que lo poco que sabemos lo conocemos por medio de las noticias de televisión, podemos afirmar que estamos completamente equivocados. Lógicamente Argelia no es un país para hacer turismo. Hay estrictas normas para toda la población, pero especialmente para los extranjeros, que hacen que no sea un lugar paradisíaco vacacional.
 
Y mucho menos los campamentos, situados en la parte más inhóspita del desierto del Sahara en su parte argelina, donde la nada más absoluta compite con un sol abrasador en un pulso incansable por ver quién manda ahí. Y sin embargo, seguramente no tengas que andar mucho alrededor de tu casa para encontrar a alguien que haya estado allí, bien sea trabajando con alguna O.N.G. o bien visitando a las familias de los niños saharauis que pasan los veranos en este país, como uno más de los suyos. Ellos eran quienes mejor podían explicarnos qué es lo que nos íbamos a encontrar, a qué clase de peligro nos podíamos llegar a enfrentar, pero sobretodo, cómo estaba la situación allí en ese momento, en tiempo real, ya que ellos mantienen contacto telefónico prácticamente a diario con los campamentos.
 
Todo lo que se consiga recaudar de la venta de este libro irá destinado a un proyecto en los campamentos, algo que iremos viendo, ya que las posibles acciones allí son muchas y todas muy necesarias. Visitar un hospital de los de allí es trasladarse a otro mundo, pero si además te viene el director de ese centro pidiéndote muy educadamente que al regresar a nuestro país por favor intentáramos buscar financiación para poder conseguir un kilómetro de cable de alta tensión para poder llegar hasta una torre eléctrica un km más allá, tomar de ahí la electricidad y de esa manera evitar los continuos apagones que se originaban en él, incluidos los quirófanos, se te cae el alma a los pies. También son necesarios libros, que contribuyan a la educación de su gente, alimentos, medicinas, pero sobre todo necesitan que no solo se les dé el pescado, sino que se les enseñe a pescar.Más de treinta años exiliados, lejos de su hogar y sus familias, convierten lo que iba a ser un apeadero de paso, una parada amarga e injusta en la vida, en una larga condena, en una estación perpetua."