Curado como está uno de “espantos” concertiles a menudo y de forma inesperada salta la sorpresa y te encuentras con directos que cuando suena el compás final y vuelves en el coche a casa sabes que vas a recordar por siempre. Lo de Sharon Jones el pasado jueves en La Riviera fue memorable y estos calificativos son independientes del momento personal por el que está pasando la vocalista de Augusta, que se vio obligada a suspender su gira del año pasado y la grabación del nuevo disco cuando se la diagnostico un cáncer de páncreas en grado 2 contra el que sigue luchando, sino porque tanto en ejecución como entrega vimos algo muy difícil de observar en estos tiempos. [ crónica ].