Atrás dejamos Viveiro y la décima edición del Resurrection Fest, cuatro días intensos de rock en un evento ambicioso a más no poder, música repartida por tres escenarios teniendo como resultado uno de los grandes carteles de este verano junto al de otros festivales como el del Rock Fest BCN o el Leyendas del Rock, digamos que aquí hay nivel y que ya no hace falta movernos por Europa para disfrutar de las grandes bandas a nivel internacional, ya sea el Hellfest, Wacken Open Air o el Graspop Metal. Más de 54.000 personas visitaron Viverio, la mayoría seguramente repitan el año que viene, ya lo veréis.

Tres cabezas de cartel a tener en cuenta, Refused, Motörhead y Korn, los tres estuvieron a la altura de las circunstancias, aunque sus actuaciones se empañaron un poco por el limitado volumen que tenía el escenario principal, deficiencias técnicas que no nos dejaron sentir como se merecen este tipo de actos, otro dato significativo fue el precio de las bebidas, más cara que en ediciones anteriores igualándose al de otros festivales del mismo tamaño, aparte de todo esto, el festival transcurrió con normalidad, sin apenas problemas, pero lo que realmente nos alarmó fueron una serie de robos que pusieron a todo el staff del festival con los ojos bien abiertos, intensificando efectivos y advirtiendo al personal.

Vivimos grandes conciertos, como la vuelta a los escenarios de Backyard Babies, el gran circle spit que se monto con Heaven Shall Burn, los problemas técnicos que sufrieron Children Of Bodom, otro nuevo paso triunfal de In Flames por nuestro país, protagonismo de los sonidos más brutales y oscuros de la mano de Canibal Corpse, Decapitated, Dark Funeral o Behemot.

Los buques insignia del hardcore punk nos pusieron las pilas, ya sea Terror, The Exploited o DRI, que demostraron seguir estando muy en forma tras el paso de los años. Otras bandas como In Mute, Aphonnic, Dawn Of The Maya, Mutant Squad, Killus, entre tantas otras, aprovecharon al máximo la oportunidad de estar en este gran festival, dejando claro que romperse la piel por las salas de medio aforo del país tiene su recompensa, fortaleciendo su sonido y recogiendo este gran fruto como es tocar en el Resurrection Fest.

Mientras preparamos las correspondientes crónicas diarias, os dejamos con un pequeño adelanto fotográfico de este gran festival en el que nos hemos sentido muy cómodos bajo un ambiente más que familiar, como en casa.