El señor Kutxi Romero siempre ha merecido el mayor de nuestros respetos, y nos hemos quitado el sombrero ante sus pies, desde que le conocemos, ese mismo sombrero que él lleva siempre sobre la testa. No es frikismo ni mamoneo, ni nada de eso, huimos a pasos agigantados del considerar a los músicos como dioses. No creemos en falsos dioses, ni tampoco en si hay alguno verdadero. [ crónica ]