La gente que no tiene complejos suele resultar mucho más atractiva, las personas que van por la vida derrochando energía sin importar mucho el fin último, sin plantearse el futuro como si se tratase de una batalla que hay que ganar a toda costa. Las personas que montan un grupo para pasárselo bien, que saben lo que hacen, pero que tampoco se obsesionan, que disfrutan con la música al fin y al cabo. Esas bandas resultan tremendamente seductoras, o por lo menos para mí lo son. [ crónica ]