La primera vez que vi a Silvio fue en unas fiestas de PCE, en la casa de campo de Madrid, bueno, no le vi, mi altura nunca fue la de un PÃvot y menos cuando era niño. Solo le escuche, bastante mal por cierto, pero a partir de ese dÃa, esa guitarra y esos versos ocuparÃan un sitio especial en mi cabeza. [ crónica ]