Se apaga la luz del día y se encienden las guitarras afinadas en el teatro de la Axerquía. El tedioso calor consigue pase vip al limbo de los olvidos pasajeros, lo empujan dos horas de rock patrio y mayúsculo de 091 que dan lustre al disparo de salida de un festival, que ya brilla de motu proprio, en su 36ª edición. [ crónica ]
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