Uno no puede más que emocionarse cuando escucha ciertas canciones que le marcaron en su juventud, y que pensaba que era imposible escucharlas en directo. Evidentemente de la mano de los originales e inmortales Led Zeppelin no ha podido ser, mi máquina del tiempo todavía está en el taller. Un Zeppelin gigante iluminaba la pantalla tras el escenario del teatro de “La Rambleta”. Gente de todas las edades con una clara predominancia de los viejos rockeros, iba llenando la sala, que mereció estar un poco más llena. [ crónica ]