Enfrentarse a Malcolm Holcombe sobre un escenario siempre es una experiencia intensa. Este hombre de aspecto frágil y descuidado, reflejo de una vida dura, posee una fuerza interpretativa sobrecogedora. Regresó a nuestro país para presentar su nuevo trabajo, “Come Hell or High Water” y, a diferencia de las dos giras anteriores, en esta ocasión lo hizo sólo con su guitarra. El Almacén de Little Bobby rozó el lleno y cuando Holcome puso los pies sobre el escenario, titubeante y con la mirada perdida, un respetuoso silencio se adueño de la sala. [ crónica ]
![](especiales/2015imagenes/20190523-malcom.jpg)