Hay muchas formas de saber cuándo llega el verano. Abren las piscinas, proliferan los chiringuitos, ves más adolescentes por las calles, y, si hay un acontecimiento para los que habitamos la meseta que nos indica cuándo llega el calor, ese es el Vintoro. Este festival, que lleva ya tres ediciones consecutivas acumuladas, ha conseguido convocarme por segundo año, y he de reconocer que se agradece, y mucho, el retorno al formato de dos días de cartel, en lugar de uno, como ocurrió el año pasado. Hemos sido muchos los castellanoleoneses que hemos acudido a este pueblo zamorano que, durante dos días al año, se convierte en una de las capitales nacionales del rock, el punk, el ska y el metal. [ crónica ]