Nunca es fácil despedir un local donde has pasado buenos momentos viendo música en directo, pero lo cierto es que la realidad es la que manda, a pesar de que nos pueda chocar que cierre un local que parecía despegar. Esta tarde noche La Lambiona organizaba una fiesta despedida ya que, aunque las veces que había ido la presencia de público no había sido mala, el día a día es el que manda y hay que pagar facturas y si las cuentas no salen, pasa lo que pasa; quizás deberíamos reflexionar que parte de culpa tenemos todos nosotros como público. [ crónica ]