ParecÃa una noche de verano, de esas en la Costa Brava, con su brisita tan propia de la nocturnidad de un paseo marÃtimo (pidiéndote una chaqueta a golpe de escalofrÃo) y tan impropia del verano al que Madrid nos tiene acostumbrados. No era una noche de calor de asfalto en la Capital, era una noche para gozar de la calma del momento. Y con esas temperaturas, y esa bondad que concede el viento cuando da un respiro al insomnio por altas temperaturas, llegó Manel al escenario, sutilmente, sin hacer mucho ruido pero inquietando a un público expectante. Asà se hacÃan hueco el cuarteto catalán en un ciclo de conciertos con un formato diferente y novedoso, adaptado a la nueva normalidad. Abre Madrid nos dio la clave para lo que viene: mesas separadas, el baile lo dejamos en casa, mascarillas a la mar una vez sentados, cervecitas frÃas y a disfrutar del espectáculo. [ crónica ]