La existencia de la Orquesta Mondragón viene siendo un viaje perpetuo. A través de las situaciones, lugares, personajes y universos reflejados en sus canciones; a través de los diversos estilos musicales que utiliza en cada caso para envolver sus historias… Algunas, inspiradas en clásicos del cine como “Garras humanas” (con la que abrirían el concierto) o con títulos de señeras películas (“El maquinista de la General”, “El diablo dijo no”…); otras, inspiradas en cuentos infantiles reinterpretados (“Caperucita feroz” [en la que la dulce niña resulta ser más voraz que el lobo], “Los tres cerditos”…).
En esta ocasión, además, nos ofrecieron un viaje aderezado también con fragmentos de las “Narraciones extraordinarias”, de Edgar Allan Poe. Muy acertado, ya que la trayectoria de la Orquesta Mondragón en ningún momento ha sido ordinaria. Algo que les quedó bien claro a los espectadores que se acercaron al Teatro de la Comedia una noche de 1978, la primera vez que Javier Gurruchaga y compañía actuaron en Madrid. El público de ese concierto intuiría nada más verlos salir al escenario que no era una orquesta de salón al uso, como pensaban cuando compraron las entradas: Gurruchaga llevaba puesto un vestido de novia; Popotxo iba caracterizado de niño japonés. [ crónica ]