Por segundo viernes consecutivo me acercaba a la Hacienda Ginger de Suances para ver y escuchar música en directo, en este caluroso verano cántabro y lo hacia para descubrir a una banda a la que todavía no había visto en directo pero que gente como Oskar de Noche de Rock, que ya los había visto, hablaba maravillas de ellos: siempre es bueno hacer caso a los que saben.
Lo cierto es que ese día lo tenía apuntado porque iban a tocar La Sombra de Andrómeda, pero un contratiempo de su guitarrista hizo que tuvieron que cancelar y la gente que organiza estos conciertos, con Cristián de La Esencia del Garaje a la cabeza, consiguieron, en tiempo récord, solventar la situación y disfrutar de esta experiencia con clásicos de la música brasileña. [ crónica ]