Me piden los amigos de Insonoro.com que escriba un artículo sobre la relación entre música y fútbol. He tenido la fortuna de poder ser profesional del llamado “deporte rey” durante los últimos 12 años. He militado en equipos como la Real Sociedad, Rayo Vallecano, Algeciras o Real Unión entre otros y he podido competir en la Primera, Segunda y Segunda división B de la liga nacional. Desde hace más de un año, compagino mi actividad deportiva profesional con las actuaciones musicales, siendo voz y guitarra del grupo Vanpopel.
Música y fútbol, conciertos y partidos. Son dos mundos antagónicos, muy difíciles de compatibilizar. Cierto es, que ser futbolista no te quita demasiado tiempo, con una media de dos horas de entrenamiento al día. Por lo tanto, uno siempre tiene tiempo para componer, practicar con la guitarra o ensayar con la banda. Muchas jornadas comienzan con un saludable entrenamiento por la mañana y acaban en el local de ensayo entre micrófonos, amplis y cervezas.
Pero el verdadero problema para compaginar ambas actividades llega los fines de semana. Puedes tener un bolo el sábado por la noche, con todo lo que ello conlleva; montar, probar tocar y los más duro de todo, recoger. Y puedes tener el domingo, es decir al día siguiente un partido con tu club, en el cual se te exige un nivel de estado físico adecuado.
Eso se traduce en que en vez de cenar arroz y pescado, como debiera hacer un deportista antes del partido, uno cena un par de insignificantes tapas antes de actuar, si es que le da tiempo. Significa que en vez de beber agua o bebidas isotónicas, como debiera hacer un futbolista, uno se bebe un par de copas de vino, para quitar la tensión preconcierto. Implica que en vez de acostarte antes de media noche, como debiera hacer un atleta, uno se echa a dormir a las 4 de la mañana tras descargar todos los instrumentos en el local.
Queda claro, de esta manera, que son muy difíciles de armonizar ambas tareas. Es casi imposible ser futbo-músico, y desempeñar con brillantez las dos funciones.
Por lo tanto, muchas veces no me queda más remedio, que adelantar los horarios de los bolos, o en el peor de los casos, cancelar alguna actuación, para poder cumplir dignamente con mis obligaciones futbolísticas.
De momento, siempre antepongo mi carrera deportiva a la musical, evidentemente porque a fecha de hoy es el fútbol el que me da de comer, y por desgracia, la música a duras penas da para pagar los instrumentos.
Quién sabe si algún día me niegue a jugar un partido el sábado, porque el domingo actúe en un gran escenario. ¿Por qué no soñar?
Zuhaitz Gurrutxaga, futbolista de la S.D. Beasain y miembro de Vanpopel |