COLABORACIONES
 Rumiación
 
El Precio del Rock
  02/11/2016     
  María G. Guerrero y Matrako The Birra´s Terror
… la música: ¿Cuesta más de lo que vale? …
www.insonoro.com
 
 

En este Rumiaciones vamos a tratar de hacer un análisis, muy personal y particular, del precio de los discos y del merchandising de los grupos. Primeramente, va a escribir María G. Guerrero, que forma parte de Insonoro, dando su opinión fundamentada en el hecho de llevar unos cuantos años consumiendo música y comprando camisetas, llaveros, mochilas y demás material de unos cuantos grupos.

Después va a dar su punto de vista Matrako, vocalista y guitarrista de The Birra´s Terror. ¿Por qué?. Pues porque han sacado unos packs de merchand de su último disco, “Regreso a la ordalía”, muy asequibles y atractivos y porque nos apetecía que diese su punto de vista y porque él también ha estado de acuerdo, sobre todo por esto último, que es lo más importante.

María G. Guerrero:

En más o menos unos 15 años que llevo viviendo de una forma bastante intensa la música, el rock siempre ha estado “en crisis”, denostado, relegado, siempre al borde del abismo, pero sin acabar de caer ni de levantarse. La industria siempre ha pendido de un hilo, el tema del relevo generacional ya está más que manido y al final uno acaba hastiado de las mismas conversaciones banales y de ver que todo permanece inmutable (y la gente impasible).

Dentro de todo este panorama tan desolador (que no ha cambiado en ningún momento) aflora un nutrido grupo de personas que ven la música como un mero negocio. Yo no digo que no lo sea, pero creo que es mucho más que eso, y que la palabra “negocio” desvirtúa una profesión tan bonita, tan creativa, tan artística y tan vocacional. El trabajo de los músicos da de comer a muchísimas personas, y deberían ellos mismos verse primero gratificados por todo el esfuerzo que hay detrás de cualquier canción o de cualquier disco. Me parece que en numerosas ocasiones su labor está demasiado denostada, y que se dan por asumidas cosas que no serían así en otras profesiones.

Las mayores satisfacciones que recuerdo me las he llevado al ver a bandas empezar con una maqueta y asistir años después a conciertos donde hay viéndoles cientos o miles de personas, todas ellas ataviadas con el merchand del grupo en cuestión. Lamentablemente esto ocurre en contadas ocasiones. La mayoría de los músicos viven en un limbo permanente que los aboca a la precariedad, a no poder ser músicos “profesionales”, cuando merecerían estar ocupando espacios mucho más grandes. Una eterna frustración vital que no lleva a ninguna parte.

Pero a veces hay algo que les une a todos, a los que llenan estadios y a los que llenan salas de 300 o 500 personas, y es que hacen un disco, una camiseta o cualquier otra cosa de merchandising y triplican o cuadruplican el precio de su producción. Todos sabemos que hacer un disco cuesta un euro o dos a lo sumo, un vinilo vale unos cinco euros, y así podríamos empezar poniendo tarifas que son irrisorias comparadas con lo que luego le cuesta a la gente esa camiseta, esta gorra o esa muñequera.

  
 

Desde esa certeza del precio de las cosas, me parece una auténtica barbaridad que un disco valga más de 7 €, que una camiseta cueste 15 y que una mochila por ejemplo valga 10, y eso en grupos que más o menos no se suben a la parra, los hay que venden camisetas a 20, 25 o incluso 30 €.

Creo que es un gran ejercicio de avaricia, que suele romper el saco, y que no lleva a ninguna parte. No, yo no me voy a comprar en la vida una camiseta de una banda por 15 o 20 €, me niego. Me compro muchas, muchísimas, por apoyar, porque suelo entrar “gratis” a los conciertos y porque sé todo el esfuerzo que hacen los músicos. Pero cuando me piden 15 € por una camiseta me siento estafada, no me apetece apoyar lo que me parece un abuso. Siguiendo esa regla de tres tendré unas 30  o 40 camisetas diferentes en el armario. Apoyar sí, ser estúpido no.

Por otro lado, sé que los diseñadores y los fabricantes de camisetas y mucha gente más también tienen que vivir dignamente. Tiene que vivir mucha gente, pero hay una gran diferencia entre vivir y lucrarse. Me parece que cobrar por una entrada a un concierto unos 15 o 20 € y luego casi lo mismo por una camiseta es como pegar un tiro en la sien a la gente. Puede ser que muchos lean esto y piensen: ¡¡Bueno total son 40 €!!. Pero no, si te gustan 2 o 3 grupos y vas a cuatro conciertos al año está genial. Si vas todos los fines de semana te acabas gastando el sueldo en camisetas, en discos, en entradas… La música no tiene precio, pero muchas veces la avaricia tampoco conoce límites.

Dentro de toda esta marabunta de grupos, de camisetas, de discos y de reflexiones, siempre nos quedará el consuelo de las bandas que luchan por su trabajo, que lo defienden con uñas y dientes, pero que no quieren estafar a la gente. Hay muchos grupos que venden su merchand a un precio ajustado, al doble de lo que les cuesta hacerlo más o menos, en la mayoría de las ocasiones. Algo que les permite mantenerse a flote y que da la oportunidad a la gente de apoyarles y de no morir en el intento.

Tal vez estos grupos que son honestos y que ponen precio a su trabajo, pero no lo convierten en un artículo de lujo, deberían tener una conversación con esas otras bandas que parece que te están vendiendo un diamante sabiendo que es una circonita.
  
 

Matrako (The Birra's Terror):

Siempre ha habido mucha controversia con el precio de los discos. Y siempre la habrá. La gente suele hablar de cuánto cuesta el disco en sí. Lo que es coger un trabajo discográfico ya grabado, editado, mezclado y masterizado y un diseño y pasarlo de los ceros y unos digitales a la realidad. Eso es relativamente barato. Y digo relativamente porque cuantas más copias haces más barata te sale la unidad pero esos discos ocupan espacio, y se venden pocos.  No tiene sentido hacer 1000 copias si al final vas a tener 800 discos ocupando mucho sitio en tu casa o el local de ensayo el resto de la eternidad.

En nuestro caso, The Birra’s Terror solemos hacer tiradas cortas (aunque cada vez nos atrevemos a hacerlas más grandes) y nos gusta vender productos de calidad y diseños originales, por lo que las copias en sí baratas no salen, aunque comparado con el precio de venta lo pueden parecer. Si tenemos en cuenta solo estos factores, el coste del producto es solo el 20-25% de su precio de venta al público.

Ahora incluyamos el resto de procesos del disco (costes) como si rebobináramos una cinta:

  • Masterización del trabajo. Dependiendo de donde lo lleves puede variar mucho el precio pero una masterización decente suele salir a partir de unos 500-600 € .

  • Edición y mezcla: Como en todos los procesos el precio depende mucho de donde lo hagas, y del tiempo empleado, depende de si te cobran por tema o por sesión, pero el precio puede variar muchísimo.

  • Grabación: Al igual que la mezcla, depende mucho de dónde, cómo y con quién lo hagas.

Hasta aquí, incluyendo el trabajo de una ilustradora y de un diseñador cercanos al grupo a los que pagamos algo simbólico (ellos lo hubieran hecho gratis, nosotros les pagamos algo aunque su trabajo vale mucho más) e incluyendo también lo que nos costó hacer el merchand de los packs de preventa, es lo que nosotros tenemos en cuenta en el presupuesto del disco.

Recapitulemos: Diseño,  ilustración, grabación, edición y mezcla, masterización y fabricación de discos y merchand.

Esto es mucho dinero. En nuestro caso lo hemos financiado, con el dinero que habíamos ahorrado de nuestras actuaciones y las ventas de merchand anteriores al disco, con los packs de preventa, y con las actuaciones y venta de merchand posteriores a la salida del disco. Tres meses después las cuentas del grupo estaban a cero, es decir, habíamos recuperado el dinero que pusimos de nuestro bolsillo del disco. Nos damos con un canto en los dientes, pues hay quien nunca recupera ese dinero.

  
 

Ahora sigamos rebobinando y veamos todos los gastos que no incluimos en ese presupuesto:

  • Grabación de una maqueta con el propósito de ir al estudio con la mayoría de errores posibles localizados y solventados, para no perder el tiempo y con ello el dinero..

  • Alquiler de local de ensayo, compra y mantenimiento de equipo (cuerdas, púas, parches, baquetas, reparaciones de equipo, luthiers).

  • Desplazamientos al local (gasolina o transporte público)

  • Horas de trabajo de los músicos, tanto de ensayo en el local como de composición en casa (estas evidentemente no las cobramos ninguno y son muchas horas).

Si tuviéramos en cuenta esto, y me callo otros factores que entran en el campo de lo personal, no subiríamos el precio del disco, es que no haríamos discos. Seguramente los músicos que hacen todas estas cuentas son los que acaban formando una banda tributo.

En fin, después de todo este gasto y esfuerzo, vendemos el disco a 10 €. No sabemos cuál es el margen de beneficio real pero el “irreal” es poco. Mucha gente nos dice que son caros, pero aquel que no quiera comprarlo puede descargarlo de nuestra web y disfrutarlo igualmente.

Creo que fue Pau Donés (Jarabe del palo) quien dijo: “El que no pueda pagar por la música que no la escuche”. Pau, eres un imbécil. La cultura debe ser accesible para todo el mundo pero nuestro trabajo debe ser recompensado y valorado debidamente.

Todo este rollo es solo para aclarar que el precio de “fabricación” de un disco desde que a uno se le ocurre una canción hasta que el disco sale de la fábrica es altísimo. Tan alto que ni siquiera nos atrevemos a calcular el valor total.

Ahora hablemos del mechan puro y duro (camisetas, bolsos, gorras, llaveros): Su precio de fabricación, al igual que el de los discos, varía mucho. Dependiendo de si fabricas muchas unidades o pocas pues sale más rentable o no. Si haces mucho, tienes que tener capacidad de venderlo y tener sitio para almacenarlo. Yo, concretamente en mi casa siempre tengo alguna habitación tomada por las cajas, donde guardo discos, cajas de camisetas, gorras, abrebotellas, chapas… etc. Intento mantener un equilibrio entre un stock decente y que no parezca que vivo en un almacén. El merchand hay que hacerlo y venderlo (liar a algún colega para que se ponga en el puesto, o empaquetarlo y llevarlo a correos), pero también hay que diseñarlo y organizarlo (doblar camisetas, hacer inventario, ordenarlo y transportarlo).

Todo eso es trabajo (de mierda) por el que no se cobra. Con todo y con eso, siempre hay alguien que te pide que le regales la camiseta como si te las regalaran, o que te compra un disco y quiere que le devuelvas “el favor” regalándole una chapa, un parche o lo que sea. Nadie nos hace un favor, ofrecemos un producto de primera calidad y estás pagando por él. Si no estás de acuerdo con el precio sencillamente no lo compres. Tengamos en cuenta que además, queremos ser músicos, no mercaderes, y que dedicar tiempo y esfuerzo a esto, es tan necesario como frustrante y tedioso.

  
 

Necesario porque muchas veces si vuelves con algún beneficio de algún concierto lejos de tu ciudad es gracias a que vendiste merchand, y es frustrante y tedioso porque lo que queremos es hacer canciones y tocarlas, no montar nuestra propia marca de ropa. Ahora, nosotros entendemos que el precio no puede ser desorbitado pues la gente no tiene la culpa de nada y, al fin y al cabo, gracias a esa gente que compra merchand podemos seguir con nuestra labor de manera más o menos digna. Nosotros en nuestros packs de preventa de “Regreso a la Ordalía” ajustamos muchísimo el precio (reduciendo margen de beneficio y nunca la calidad) para que aquellos dispuestos a comprar “sobre plano” compraran a muy buen precio, pues estaban comprando algo que no sabían cómo era y hay que recompensar esa temeridad. ¡Gracias valientes!.

Todo esto es mi punto de vista personal. En esto de la música hay muchas aristas ocultas e infinidad de factores a tener en cuenta. No vamos a valorar el valor añadido de una obra artística o de un producto asociado a este artista, pues es totalmente subjetivo, pero sí podemos (y debemos) valorar, como en todo, la calidad del producto, quién lo vende y a cuánto.

Si vas a ver a una súper banda y ves que en su puesto de merchand venden camisetas a 25 €, debes pensar que habrán hecho una tirada de camisetas gigante, saliendo cada unidad a un precio muy asequible, y que si estás en una sala casi a reventar y el precio de la entrada no era barato, pues seguramente ya estén ganando un buen dinero. Las cosas valen lo que valen, 25 € por una camiseta es muchísimo dinero, pero encima, una súper banda con la sala a reventar podría permitirse venderla más barata que aquellas bandas que venden sus camisetas a menos de la mitad que la súper banda, cuando a la banda pequeña  le cuesta mucho más trabajo y dinero hacer cada producto y darle salida.

Ahora tengo que reconocer que hace poco en Gasteiz en el concierto de  los suecos The Baboon Show, con la sala repleta, me gasté 105 € en 4 vinilos y una camiseta del grupo. Hay que tener en cuenta que:

  • Adoro la banda, dieron un bolazo y fueron muy simpáticos después del concierto..

  • Era final de mes y justo ese día me habían ingresado la nómina.

  • Llevaba una borrachera espectacular, por lo que mi capacidad de raciocinio era nula.

Aun así, no me arrepiento. Pues tengo 4 preciosos vinilos nuevos, con grandísimas canciones en su interior y una camiseta muy chula que me recuerda que debo parar un par de cervezas antes.

 
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