De un tiempo a esta parte vengo observando como la despiadada mano del tiempo traza nuevas líneas sobre nuestro querido mundo del Rock & Roll. Nuevas líneas de estilos, tanto musicales como estéticos, nuevas líneas en la industria (pues no quedan mas cojones) y las que me traen hoy aquí, nuevas líneas en las costumbres. Éstas pueden ser a mi juicio, la piedra angular que decida la dirección que tome el futuro de nuestro cotarro.

Antes que nada, quiero aclarar que ni soy un viejo que chochea (tengo treinta y cuatro tacos), ni soy de esa clase de gente que no acepta la llegada de nuevas generaciones y no hacen más que repetir que ya no hay grupos buenos, ni como los de antes, ni estupideces semejantes. Estamos en un momento formidable en lo que a bandas se refiere, de mucha calidad y de todos los estilos. No es un dato que yo me invente, coged cualquier revista del género o entrad en páginas especializadas y observaréis que semanalmente hay discos nuevos y casi a diario hay noticias de alguien grabando o de gira. Pues precisamente con este dato me chocan bastante dos cosas, que cada vez hay menos cultura musical y que cada vez se consume menos música. Dos datos que van de la mano, porque la cultura musical como cualquier otra cultura, se consume. Tú adquieres un disco, abres el libreto y digamos que el grupo te abre una puerta hacia su vida. Ves quiénes son, qué toca cada uno, quién hace las canciones, la portada, el diseño, dónde se grabó y quién lo hizo, los agradecimientos, las letras, las fotos...

Los conoces un poco más, a veces ojeas un libreto y dices “coño si este tío tocaba con éstos otros”, o “coño grabaron con el productor éste en tal sitio”, porque en los libretos empiezas también a conocer estudios de grabación, productores, ingenieros de sonido, dibujantes de portadas, agencias de contratación, etc. Ahora bien, es muy fácil dar un click en el ratón del ordenador y te descargas un disco, dos, o toda la discografía de un artista si quieres. Obviamente te ahorras una pasta, pero también te ahorras una pequeña parte de cultura. El caso es que en toda Asturias quedan media docena de tiendas de discos (todas en los núcleos mas poblados, que yo tengo que hacer setenta kilómetros para ir a la mas cercana) y cada vez que voy a alguna, si no soy el mas joven a punto estoy. Esa escena que muchos recordamos, de dos chavaletes intercambiando cintas o discos pasó a la historia.

En una ocasión alguien me pilló por la calle con una revista en la mano y me hizo esa gran pregunta de: “¿pero todavía pillas revistas?”. Y yo con mi revista en la mano y mi cara de Lemmy tomando zumos le respondí, sí. Mi interlocutor alegaba que con internet ya te enteras de todo, que para qué te vas a gastar dinero en una revista, yo alegué que me gusta leer palabras escritas en papel y que en la revista aparte de leer sobre tus bandas favoritas siempre lees algo sobre otros estilos que no sueles frecuentar y  aprendes algo nuevo, ves los anuncios de las giras o de los discos que sacan grupos que hacía años tenías olvidados, quizás los re-descubras a ellos o descubras a alguna banda que no conocías.

La cantidad de conciertos que hay semanalmente en nuestro país da fe del buen momento musical en que vivimos. Ahora bien, corregidme si me equivoco pero cada vez se ven mas canas y calvas en dichos conciertos, pues la media de edad subió considerablemente. Y cuando hablo de conciertos hablo de todos, desde los macro-conciertos hasta los de veinte personas.

Quiero aclarar que estas observaciones son generales, por supuesto que ves chavales jóvenes del rollo, pero también por supuesto que muchos menos de los que se veía hace años.

No es que yo esté buscando una solución, ni mucho menos que intente aleccionar a los chavales jóvenes, simplemente que éste es un tema que me llama mucho la atención desde hace tiempo y quería compartir mis reflexiones con todos. ¿La culpa de esto de esto quién la tiene?¿El ministerio de Educación por no incluir música popular en sus programas y empeñarse durante años y años en meternos en la cabeza las biografías de Mozart, Beethoven y Chopin toda costa, dejando de lado que existieron una serie de agrupaciones que le dieron un giro al mundo musical como los Kinks, Stones, Purple, Zeppelin, Leño, The Storm, Coz, Triana o Ñu? ¿La industria por magnificar la bazofia de usar y tirar, hecha por gente que tan solo aspira a la fama, metiendo esas melodías sosas y pueriles a todas horas en radios y televisiones, y dejar de lado el Rock & Roll hecho con el corazón por gente que cree en lo que hace? ¿O es quizás culpa de que la evolución introdujo la tecnología en el bolsillo del pueblo y a día de hoy sean mas importantes los megas y el wifi que el pan y la sal?

Calculo que todos tengamos nuestra parte de culpa, yo intentaré con todos mis medios desbrozar y limpiar el camino para los que vienen detrás, y que Dio y el Gallagher se apiaden de mi.

Alejandro Piélagos Romano “Jan”
Guitarrista de Trinchera, Trinidad y presidente de la Asociación de Músicos de Ribadesella AMUR